La Gran Colombia: Una noción creada por políticos e historiadores decimonónicos años después de ser demolida la Primera República de Colombia en 1830, pues jurídicamente NO existió jamás un país sobre la faz de la tierra que se llamara así. Siempre fue la República de Colombia, tal como lo reza la Carta Constitucional de 1821. Fundada por hombres probos la mayoría de ellos, quienes recorriendo grandes distancias, cruzando territorios en la inseguridad de una guerra inconclusa, se reunieron en Villa del Rosario de Cúcuta, venidos desde las provincias más remotas y recónditas para aportar su conocimiento, sus ideas, confrontar sus intereses o buscar favorecer a sus pueblos; con tal de construir el marco constitucional del nuevo Estado Nacional en el que se realizaría el futuro por el cual habían luchado y muerto buena parte de los suyos. Estado Nacional que se llamó COLOMBIA.
Empero, ¿Cómo se consolidó el proyecto del Estado Nacional Colombiano? ¿Cuál fue el aporte de la región cucuteña a ese extraordinario pero inconcluso proyecto de Estado Nacional? ¿Cuál fue el legado que dejaron aquellas laboriosas generaciones decimonónicas, que desde los valles de Cúcuta y sus montañas aledañas llevaron, gracias al comercio del café y el infalible rol de los extranjeros, la naciente república a hallar un espacio y reconocimiento en el concierto del mundo?
El café se constituyó a mediados del siglo XIX en el motor de la economía regional y nacional. Nació su agroindustria en Villa del Rosario y San José de Cúcuta, merced al próspero asiento que tuvieron los primeros cafetos traídos desde las montañas tachirenses en estos valles, en las postrimerías del periodo hispánico. Don Gervasio Rubio, en el Táchira, y Don Pedro Chaveau, en el Rosario, registran exportaciones del aromático grano desde la Plaza de San José ya desde 1803.
Luego, el nutrido asentamiento de extranjeros con sus casas de comercio y negocios diversos, además del ímpetu de los cucuteños, consolidan una urbe cosmopolita y moderna, aunque no muy educada. Se abren caminos, se amplía la frontera agrícola, florecen nuevos asentamientos y la población aumenta vertiginosamente.
El terremoto de Cúcuta de 1875 no fue impedimento para reconstruir la ciudad, construir el Ferrocarril de Cúcuta y proyectar la ciudad hacia el Siglo XX.
Por: Silvano Pabón Villamizar, Historiador UIS
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